Hoy toca primer día de Clinic con Victor Juaristi y estamos excitadas a la espera de ver lo que nos espera…..
Quedamos con él al final de la calle Camino Pablo de Moraga, el pueblo donde está el rancho. De ahí le seguimos los pocos metros que distan del Rancho Perro Grande donde nos esperan los caballos con los que vamos a trabajar.
En primera instancia nos impresionan las instalaciones del establo. Seis boxes enormes, hechos de madera, con todo lujo de detalles y perfectamente decorados. En ellos descansan 4 caballos: Remi, el “falso stallion” que se siente todavía semental estando castrado, Frankie, el juguetón, que es un pinto quarter horse muy guapetón, Cheyenne, la yegua madre y líder de la manada. Es una yegua asentada y tranquila con una mente muy equilibrada. Y por último Bella Mía, que es una yegua percherona que la usaron al comienzo de su vida y durante muchos años para obtener PMSG a base de sobre estimulaciones hormonales y malos tratos. Consiguieron de ella una yegua huidiza y miedosa que sentía pánico por el ser humano. Lacey, la dueña del rancho, la salvó comprándola y a Victor le sirvió de proyecto fin de carrera en sus estudios de horsemanship trainer, ya que tuvo que hacerse con ella, que no se dejaba ni tocar, poco a poco insensibilizarla y acabar montándola. Sigue educándola día a día y ahora le falta poder sacarla al “trail” sin correr riesgos.
En el rancho viven también Omar y Sonia, una pareja de guatemalteca y salvadoreño que viven alquilados en la autocaravana de Lacey. El se encarga de limpiar los caballos y las cuadras (25$ la hora!!) y además le pagan la luz, agua, basura, etc. Son muy simpáticos y amables, Sonia nos da largas conversaciones en las dos noches que pasamos nosotras acampadas en el rancho.
Lacey viene a vernos y a saludarnos por la mañana. Es muy extrovertida y cariñosa y parece encantada de que Victor lleve a cabo el clinic con sus caballos. Está en pleno período de separación matrimonial y es un muy mal momento para ella.
El clinic con Victor se desarrolla rápidamente, entre sus explicaciones y nuestras múltiples preguntas se pasa el tiempo volando!! La mañana la dedicamos prácticamente a hablar y a resolver dudas y por la tarde hacemos trabajo pie a tierra con Cheyenne. Aprendemos ejercicios nuevos y sobre todo, ubicamos la filosofía de Victor dentro del mundo del horsemanship. Es un chico bastante equilibrado y no va a los extremos, ni demasiado “paz y amor”, ni muy duro con los caballos. Se acerca bastante a nuestra filosofía de vida y nos sirve para darnos cuenta de que sabemos más de lo que creemos; de que no hay tanta diferencia, a pesar de los kilómetros que nos separan y de que nada se consigue si no es a base de trabajo, trabajo y más trabajo….
Quedamos satisfechas con los aprendizajes recibidos el primer día y no nos damos cuenta de su cantidad hasta que por la noche nos ponemos a escribir nuestras conclusiones en el ordenador…(notas técnicas solo para aficionados a la materia... too much para este blog!! ;-) )
Dormimos de maravilla en el rancho en el que, poco a poco, nos vamos sintiendo parte integrada. Es curioso lo que se intensifican este tipo de experiencias.
Por la noche Sonia nos cuenta los problemas de la inmigración en USA y lo bien que están, a pesar de ello, en el país de las oportunidades!!
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