Dormimos como linces casi 12 horas y hacia las ocho salimos a desayunar al Seven Eleven y a buscar la agencia de alquiler de furgonetas. Campervan está muy cerquita del hotel, a cinco minutos andando. Muy amables los del alquiler, nos atiende un chico negro muy agradable que nos da todo tipo de explicaciones. La campervan está genial!! Tiene todas las necesidades básicas cubiertas y se conduce muy cómoda porque es automática y de gasolina. Está limpia y bien cuidada, además nos toca una chulísima con dibujos de Dalí y muy vistosa.
El camino se hace largo y pesado, demasiadas millas para primer día más el extra del despiste… Queríamos llegar Flagstaff pero nos quedamos, con mucha suerte, a dormir en Selligman que está a 100 km de Flagstaff. Y digo con mucha suerte porque llegamos hacia las nueve y media y en el camping nos atendienden de casualidad, ya que cierran la recepción a las ocho. Al pasar por la ciudad nos sorprende el ambiente que hay, con muchos locales y tiendas de suvenirs llenas de luces de neon: estamos en plena ruta 66!!!
Tras inspeccionar la parcela que nos han cedido en el camping para acomodarnos, nos vamos a cenar al pueblo. Cual será nuestra sorpresa que todo el ambientazo que habíamos visto hace 15 minutos se ha transformado en locales cerrados y luces apagadas…. A las diez chapan todo!!! Incluso gasolineras!! Así que, con gran dolor de nuestro corazón y mucho más de nuestro estómago, nos vamos a dormir sin cenar.
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