domingo, 15 de noviembre de 2020

13 DE AGOSTO 2011. San Francisco

Salimos en dirección San Francisco. Nos encanta la primera parte del camino porque es una zona agrícola con árboles frutales y fresas. Paramos en un market para comprar fruta fresca y resulta ser también un centro de venta de suvenirs, donde, lógicamente picamos!!

Luego ya se entra en la autopista y pierde todo encanto.

En Mariposa, por la mañana, hemos andado como locas buscando alojamiento en San Francisco. Los hoteles baratos están a tope y al final encontramos un camping en la bahía de 5 estrellas (según anuncian), que está bien situado pero tiene un precio carísimo: 69$!!!!! Siempre sale mucho más barato que un hotel, así que decidimos reservarlo, además está todo a tope!!! Cuando llegamos al camping alucinamos con el 5 estrellas!!! Es un aparcamiento cutre gestionado por chinos…. Digo lo de los chinos porque está claro que son muy funcionales y van a lo práctico. La estética en realidad les importa poco.

La furgoneta nos la hacen dejar en una especie de aparcamiento y el trato no es muy agradable. Los lavabos y duchas están bien y limpios. Nos quieren colocar su suttle por 6 dolares por persona cada viaje y lo consiguen…. Les preguntamos por el transporte público y se hacen los tontos…. Para esto son especialistas! Al final 24$ por ir y volver en su suttle que es lo que ellos querían…. Además, manda “eggs“ el suttle solo tiene una parada en el centro y “casualmente” es en China Town. De paso, en el trayecto, aprovechan para ofrecerte un magnífico descuento de un 10% si vas a cenar a uno de sus deliciosos chinese restaurants… En fin… dichosos chinos!

A las tres salía el suttle, así que preparamos la cama y nos fuimos para el centro. CHINA TOWN no nos dijo gran cosa…. Un barrio enorme, lleno de chinos por todos los lados y de todas las edades. Dicen que los Chinos son la etnia que menos se mezcla con el resto de la población. Tienen sus barrios, mantienen sus costumbres, importan sus productos y no gastan un duro en la sociedad donde se desarrollan… El dinero revierte de nuevo a su país de origen.

A veces tengo la sensación de que nos exprimen, se aprovechan de nuestro consumismo exacerbado y el beneficio lo revierten en su país que cada vez más se merece ese sobrenombre de “Gigante Asiático”. Yo lo veo como otro tipo de colonización…

Pero bueno, dejando al lado la filosofía, el barrio chino no tiene nada realmente interesante que ofrecer, o al menos nosotros no se lo encontramos. No acabamos de entender por qué es un reclamo turístico. 

 

Del barrio chino fuimos subiendo hasta FISHERMAN WASH donde está el PIER 39. De China Town al muelle son unos 20 minutos andando y pasas necesariamente por el barrio de LITTLE ITALY que rodea a la plaza NORTH SQUARE. Este barrio se distingue por la bandera italiana rodea a todas las farolas. Está lleno de restaurantes italianos, pero tampoco tiene algo maravilloso que ofrecer. 


 Lo que si es realmente bonito es el FISHERMAN WASH y el PIER 39 con la divertida colonia de elefantes marinos, haciendo sus gracias, ajenos a las cientos de miradas que los observan. Pasamos un buen rato observando a estos animales y riéndonos con ellos; sus puyas por el espacio vital, sus bostezos, sus vocalizaciones… en fin… muy entretenidos. 




 





Desde el muelle se puede ver la Roca, con la cárcel de alcatraz en su interior, la cual no pudimos visitar porque ya estaban llenos los tours para toda la semana y a cualquier hora…. Definitivamente es algo que hay que reservar de antemano. 


 Hace una tarde muy agradable y se paseaba a gusto por el muelle, Nos comimos un buenísimo Corn Dog, que los habíamos visto y no sabíamos bien lo que era, y nos encantó: es una salchicha rebozada con una buena capa de maíz. 


 Poco a poco fuimos bajando de nuevo. Cruzamos la calle Lombard sin entender muy bien porqué decían que era la calle con más zig-zags del mundo. Luego comprenderíamos que la calle, como la mayoría en San Francisco, es larguísima y la zona de los zig zags es solo un trozo.

Bajamos hasta UNION SQUARE, que es el centro comercial y financiero de la ciudad. Nos encontramos una enorme tienda de Levis que nos abrió los ojos por el compromiso que teníamos con Carlos de comprarle un Levis. La decepción y el mosqueo vendría cuando vimos que el número de Levis superaba los cientos y ninguno era realmente igual que el “501 clásico” que quería Carlos…. Además, los precios no eran tan baratos como nos habían dicho. Tuvimos que dejarlo estar, y preguntarle a Carlos antes de decidirnos.

De ahí nos fuimos a cenar algo, porque a las diez había que coger el suttle de los chinos que nos llevaría de nuevo al camping.

Encontramos un restaurante donde servían una carne buena de vacuno hecha a la brasa con una patata asada y mushrooms y cebolla. Muy rico.

De ahí a dormir al parking-camping.

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