Hemos dormido de maravilla nuestra
primera noche en la campervan!! Aunque Gemma se ha despertado a las 5 y media y
a las 6 ya nos hemos levantado. Amanece sobre esa hora, así que habrá que
cambiar el ritmo y madrugar para acostarse pronto.
Nos hemos ido a ver si había algo
abierto a esas horas y para nuestra sorpresa si que lo había!! La gasolinera y
también un bar muy chulo y muy ambientado. Hemos comprado un disco de country
en la gasolinera para ir haciendo boca mientras nos comemos los kilómetros en
la interestatal 40 y nos hemos ido a meternos un estupendo desayuno americano!
Nuestro estómago lo pedía a gritos!! Scramble eggss y toast, buenísimo!
Hemos pagado en el camping (36$), que
nos ha parecido muy caro y hemos emprendido ruta hacia Flagstaff. En Flagstaff,
población grande y animada, por fin encontramos un supermercado en condiciones:
Safeway. Ahí compramos a nuestras anchas; hay fruta y verdura buenísima y
tienen prácticamente de todo, así que cargamos abundantemente (126$). De ahí
cogemos ya ruta hacia Gran Cañón que está a unos 100 km. Llegamos a la
entrada del parque con unas colas tremendas. Compramos el annual pass (80$) y
nos adentramos en el parque…
El PARQUE NACIONAL DEL GRAN CAÑÓN tiene
unos 5000 km2 de extensión y una profundidad que puede llegar a 2000 metros en algunas
zonas. El sitio es espectacular, Gemma quedó impactada por la inmensidad y la
multitud de formas y relieves. Es como si un montón de arena bien prensado, de
repente y gracias a un pequeño paso de agua (el Río Colorado), se hubiera
hundido dejando a relucir las diferentes capas que han ido formando la meseta a
lo largo de los siglos. El sitio es muy curioso, la pena, como era previsible,
el mogollón de gente que hay! 5 millones de visitantes al año; gente de todo
tipo, color, estrato social, raza, peso y altura. La verdad que en pocos sitios
se puede ver tal variedad de razas en tan poco espacio de tiempo….
El parque tiene DE TODO, todo tipo de
servicios para todo tipo de gente, eso si, todo caríiiisimo!. Comemos una
mierda de sándwich por 20$ que nos sabe a cuerno quemado. Las rutas se hacen en
shuttles que van parando en cada mirador y pasan muy a menudo. Hay cuatro
rutas. Los autobuses te llevan por la cornisa superior del cañón, pudiendo ver
desde arriba su belleza pero sin hacerte realmente idea de su inmensidad.
Cogemos el bus que hace la ruta Hermit
trail justo cuando empieza a llover torrencialmente. Cuando vemos que comienza a amainar decidimos bajarnos en
una parada y nos pegamos una pequeña caminata de 2 kilómetros. Luego vamos intercalando otros tramos en bus y caminando. Asi llegamos al final de la ruta, a partir de la cual empieza una ruta a pie que baja hacia el río colorado,
pero nosotras ni tenemos ganas, ni tiempo de hacerla. Aun así volvemos echas
polvo y en el bus de vuelta nos quedamos las dos dormidas...… no es muy normal,
yo creo que estamos acusando todavía el jet lag.
Hay varios campings, nosotras nos
alojamos en el MOTHER CAMPGROUND, que está, como todo, perfectamente
organizado. Cada parcela con su barbacoa y su mesa pero sin electricidad y con
los baños y duchas un poco alejados.
Muy cansadas nos vamos a preparar la
cena y a dormir. Con toda la ilusión llegamos a nuestra parcelita y cual será
nuestra enorme decepción al encontrárnosla ocupada!! Dos parejitas de
jovenzuelos haciéndose arrumacos que no muestran ningunas ganas de irse de
allí… Pasamos de discutir con ellos y decidimos ir a buscar al ranger que en
lugar de ir a echarlos, nos busca otra parcela…. En fin….
Cenamos agustísimo una ensalada de
tomate con aguacate y fruta y nos vamos a descansar felizmente en nuestra
casita rodante…